La Solitaire du Figaro, aunque más corta que la Vendée Globe, sigue siendo la regata en la que todo buen regatista francés debe participar. Maneja un barco solo y ponte en camino hacia el sol poniente antes de regresar a la costa. Esta regata, con sus múltiples facetas y a veces crueles giros y vueltas, es, por tanto, un viaje iniciático que todo buen navegante debe completar.
Esta pintura se llama "soledad" para recordar la situación de estos marineros1
Pintor
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