Cualquier foto es inútil. La magia no se puede capturar. El cautivo aquí soy yo, somos nosotros. Es un momento para vivir, no una foto para tomar. Nada puede restaurar este sentimiento excepto la memoria del corazón. Aparto la mirada y luego lo miro de nuevo. La magia sigue ahí. Lo miro fijamente. Intento desentrañar su secreto, pero nada funciona. Es una obra maestra en el sentido de que no comprendo esta belleza que me toca y me lleva, sin dejarse1