Negro, amarillo y un toque de oro componen este cuadro. El espectador puede quedarse e intentar reconocer algo en el juego de colores, o simplemente dejar que la composición haga su magia, seguir las líneas y disfrutar de la impresión general.
Cada imagen realizada con esta técnica es única y tiene el sello del artista.
Estas pequeñas obras se pueden colgar solas o en serie, con o sin marco, quizás con un paspartú a juego.
Pintora
« Real o abstracto: ambos permiten una mirada al alma y son un espejo de las emociones. »