En este retrato pictórico de inspiración cubista, un hombre toma forma a través de audaces fragmentos geométricos.
El color dominante, un rojo vivo, irradia pasión.
Las formas angulares se fusionan y superponen, revelando una interpretación única de su figura.
El resultado es una fascinante fusión entre la individualidad del hombre y la estética revolucionaria del cubismo.
Fotógrafo (A)
« Intento capturar el alma del mundo con la fotografía, transformando lo ordinario en extraordinario y congelando el tiempo en imágenes. »