Para esta obra, el artista utilizó masilla y arena de cuarzo para formar un arco que recuerda a una ola inclinada. Infundido con un rojo intenso, esto puede indicar el peligro inherente a las olas.
El desenfreno se contrarresta con la tranquila combinación de colores en la imagen de abajo.
En general, la obra invita a detenerse y soñar hasta llegar al punto en el que puedes escuchar el rugir de las olas en tu mente.