El violonchelista y su musa (acuarela 36 cm x 36 cm sobre papel de acuarela de 300 gsm)
El joven músico siente esta ternura por su violonchelo. Lo abraza, lo acaricia con su arquero. El músico le hace arrancar lágrimas, suspiros, quejas, sollozos. Hace vibrar su violonchelo con sonidos desgarradores, casi humanos. Su gesto se eleva puro y solitario y atrapa el gran instrumento contra su frágil cuerpo. Cierro los ojos y sospecho que azota el aire,1