Una serie que se enmarca ante todo en la continuidad de su arte, una búsqueda incesante por ofrecer al espectador una invitación a hacer una pausa, a contemplar, a soñar, a meditar, a recargar pilas...
Una serie que capta la dualidad de la fascinación del hombre por el agua y su planeta y su impotencia ante su implacable agotamiento.
Aquí, el agua en todos sus estados moleculares parece casi tangible y alcanzable, pero igualmente esquiva e intocable,1