Mi nombre es Silvia Lamberti, nací en Roma en el otoño de 1968. Rápidamente descubrí la pasión por el dibujo, ya que mi padre me entretenía cuando era muy pequeña dibujando casas, árboles, caminos y puestas de sol. Mi talento se perfeccionó con el paso de los años hasta que me matriculé en la Academia de Bellas Artes de Roma, donde conocí al profesor Sandro Trotti, entonces titular de la cátedra de pintura, convirtiéndose en su alumno y modelo. Frecuentaría su estudio en Prati durante años, observando de cerca la textura del color que se convierte en forma y luz. No sólo es un maestro de la pintura, Trotti también se convierte en un maestro de la vida, de historias y cuentos que no se encuentran en los libros de arte. Hoy trabajo con la conciencia de haber nacido para pintar, abriendo un estudio de pintura donde vivo cada día mi talento como una bendición.